Si tiene en mente visitar Mallorca en Semana Santa quizá no sea consciente de la cantidad de opciones que la isla le ofrece para su disfrute en esta época del año. Mallorca es un destino conocido a nivel mundial que tiene mucho que ofrecer durante la Pascua. Si bien puede recurrir a la clásica oferta de Sol y Playa, también puede aprovechar estas fechas tan señaladas para descubrir el patrimonio y la devoción que encandilan a creyentes y curiosos.
La Semana Santa tiene tradiciones específicas en Palma de Mallorca, una tradicional son los «Paseos de alfombras» donde la gente arroja alfombras sobre los techos y son levantadas hacia el cielo por hombres, mujeres y niños que las sostienen en lo alto de los edificios. También son muchas las celebraciones que suceden durante esta semana siendo la más importante el «Viernes Santo» que se conmemora con diferentes actividades tradicionales a partir del jueves por la noche. El viernes hay una procesión que comienza a las 15.00 horas desde la iglesia de Sant Francesc por La Rambla hasta la plaza de Sant Jaume con gente portando velas y figuras religiosas.
Le proponemos un completo recorrido para disfrutar de la Semana Santa en Mallorca en todo su esplendor de una forma original y diferente. Comenzaremos nuestra estancia con una visita a la ciudad tomando como punto de partida nuestro Hotel Boutique Posada Terra Santa.
DÍA 1. JUEVES SANTO EN PALMA DE MALLORCA
Teniendo como epicentro de nuestra visita la ubicación del alojamiento, recorreremos el casco antiguo a pie. No escatime tiempo a la hora de perderse por las callejuelas del barrio judío y sus alrededores, en las que los patios de las casas señoriales y sus jardines le encandilarán.
Como opciones culturales, le proponemos una visita a la Seu (Catedral de Mallorca), en la que destacan las obras de Gaudí y de Miquel Barceló; y el Palacio de la Almudaina, instalaciones medievales que son conocidas mundialmente por las recepciones reales de los actuales monarcas y que ofrecen a sus visitantes un interesante museo y una puesta en escena particular, gracias al periódico cambio de guardia del regimiento de infantería. Otro must es la coqueta Capilla de la Sang, ubicada al final de las Ramblas, templo que acoge al venerado Crist de la Sang; recuerde esta imagen, porque la podrá ver portada por las callejuelas de la capital mallorquina en la noche del Dijous Sant.
Si se anima a visitar los alrededores de la capital insular, puede subir a pie al Castell de Bellver, único castillo medieval de Europa con planta circular. Entre sus muros descubrirá la rica historia del antiguo Reino de Mallorca y podrá ponerse en la piel de Gaspar Melchor de Jovellanos, liberal ilustrado que fue encarcelado en una de sus celdas.
Entre visita y visita no dude en parar en el entorno de Sa Llotja, un edificio gótico que data del siglo XV y cuyo alrededor ofrece una nutrida propuesta gastronómica apta para todos los gustos.
DÍA 2. VIERNES SANTO EN LA MALLORCA MÁS AUTÉNTICA
Tras despertarnos, nos dirigiremos hacia Sineu, antigua capital del Reino insular que alberga una rica tradición gastronómica, espacios históricos aún por descubrir y cuenta con la implicación de todos sus vecinos con el día del Viernes Santo.
Las opciones para recorrer a pie son numerosas; visite el Claustro de los Mínimos del siglo XV, el Oratorio de Sant Josep del siglo XIII, y el Convent de Sant Francesc, templo que alberga todas las imágenes que a partir de las 22.30 desfilarán entre cornetas, tambores y centuriones romanos a caballo. A través del aroma de las flores y del incienso se mimetizará entre los escasos 4.000 habitantes del municipio, a quienes encontrará volcados en la organización de una de las noches más importantes del año.
Sineu es cuna de la gastronomía balear y cuenta con decenas de cellers y restaurantes en los que disfrutar el sabor de la autenticidad. A pesar de que el Viernes Santo es día de ayuno, aproveche su visita para degustar el Frit de Pasqua, un plato hecho con asadura de cordero lechal, verduras de temporada e hinojo, que es acompañado por olivas amargas y vino de la tierra.
Después del almuerzo puede acercarse a visitar la localidad de Sant Joan, donde a partir de las seis de la tarde se celebra un vistoso descendimiento con figurantes de carne y hueso. Sus escenas cargadas de pasión y realismo le recordarán a la película La Pasión de Cristo, de Mel Gibson.
DÍA 3. SÁBADO DE AVENTURA Y DESCUBRIMIENTO EN LA ISLA
¿Qué mejor plan para un sábado de aventura que recorrerse la isla de punta a punta? No se pierda el Mirador d’Albercutx, camino a Formentor; el Port de Pollença y su estrecha bahía conocida internacionalmente por el surf; o bien la muralla romana de Alcúdia y los vestigios de la antigua ciudad de Pollentia. Este es un paraje idóneo para disfrutar la auténtica gastronomía mallorquina. No deje de probar los ricos frutos de mar que se ofrecen en todas las terrazas.
Tras reponer fuerzas, puede dirigirse hacia el este y hacer una visita al Parque Natural de s’Albufera de Mallorca, con previa parada técnica en la Playa de Muro. Estos monumentos naturales le sorprenderán; se trata de una playa virgen de 6 kilómetros de arena blanca, en los que dar un paseo con los pies descalzos será un gran ejercicio espiritual. Por su parte, s’Albufera es un humedal de decenas de kilómetros cuadrados en los que continúa vigente la pesca de la anguila y se puede observar una rica biodiversidad.
Después de estas horas en contacto con la naturaleza le recomendamos volver a la ciudad. Pero hágalo huyendo de las autopistas, tome carreteras secundarias que van de pueblo en pueblo, descubrirá un punto de vista diferente y observará la paret seca, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
DÍA 4. DOMINGO EN LA SERRA DE TRAMUNTANA
Dedicaremos el Domingo de Pascua a descubrir pequeños municipios de la Sierra de Tramuntana, un paraje espectacular que nunca olvidará. Conozca Valldemossa y Deià y descubra los municipios que hicieron grandes a Chopin y a Robert Graves.
Visite la Cartuja de Valldemossa donde se alojó el famoso compositor polaco, la casa museo del escritor inglés, y recorra cualquier camino rural para entrar en contacto con la agricultura y el paisaje local. Una recomendación casi de obligado cumplimiento sería hacer una parada previa en cualquiera de los hornos de leña y comprar panades. Es el plato típico del día de Pascua; una empanada rellena de carne de cordero y verduras, que es una opción perfecta para un picnic en la montaña.
El Domingo de Resurrección es una excelente manera de pasar el día si estás en Mallorca. La mayoría de la gente simplemente hace un picnic, pero algunos van en procesión. En Palma de Mallorca, el Castillo de Bellver es un lugar de encuentro popular. En otras regiones de Mallorca, la Ermita de Sant Blai es un sitio popular entre los lugareños, ya que tiene amplios campos y el Puig de Santa Magdalena de Inca y el Santuario de Gracia en Llucmajor proporcionan un contraste interesante. Los hoteles de la isla como Posada Terra Santa invitan a almorzar en la terraza, en el espíritu de las antiguas tradiciones. Numerosos restaurantes ofrecen bufés suntuosamente surtidos.
Tras disfrutar de los encantos de la montaña, será el momento de volver a la ciudad. Ya en el hotel podrá disfrutar de unas últimas horas de relax y regocijo recordando todo lo vivido en estos días tan intensos de disfrute en Mallorca antes de su inevitable regreso a su lugar de origen. Sin miedo a equivocarnos será una experiencia que difícilmente le dejará indiferente.